viernes, 3 de septiembre de 2010

Crítica a: EL PRODIGIOSO MILIGRAMO de Juan José Arreola

Crítica a: EL PRODIGIOSO MILIGRAMO de Juan José Arreola

Por Martha Vivanco

Antes que nada debo reconocer que a mi edad y dueña de una basta biblioteca personal forjada durante cincuenta años de mi vida lectora, me tenga que recriminar por no haberme interesado antes en la vida y obra de Juan José Arreola; en mi acervo sólo El Bestiario que me pareció genial. Más ningún otro intento. Hoy, apenas si le he rozado y ya me cautivó.

Juan José Arreola gran dialogante jalisciense, nacido en 1918 en Zapotlán El Grande, actualmente llamado Cd. Guzmán, donde apenas tuvo oportunidad de iniciar su educación primaria y ya a los doce años de edad trabajaba como encuadernador, labrando allí su pasión por los libros. Autodidacta, reconoció que en alguno de sus empleos, la tarea consistía en leer libros de diferentes autores y esa fue su universidad. Muchos de sus críticos mencionan que su prosa es poesía.

El prodigioso miligramo, cuento publicado en su libro Confabulario en 1952, año en que iniciaba su gobierno como Presidente de la República Adolfo Ruiz Cortínez, quién enfatizó en una política agrarista y social. ¿Cómo saber si las vivencias de Arreola en su tierra natal, provincia en ese entonces aún diáfana y moralista, más lo que se percataba en las conductas de la capital y el entorno político, lo inspiraron a escribir este cuento con ironía y sarcasmo como una caricatura de la sociedad?

Nunca antes intenté escribir una crítica e ignoro el propósito del autor, sin embargo aprecio que es un texto interesante pleno de metáforas con una sátira social en que podemos darle a su cuento sentidos múltiples; personalmente lo enfoco en un tema universal: Ausencia de valores.

En mi adolescencia viví en el Puerto de Veracruz, en ocasiones para refrescar los ardores del clima, acostumbraba tirarme al piso a estudiar o leer, y más de una vez terminaba observando el trajín de las hormigas; insectos que se caracterizan por su laboriosidad. Por lo que, en ánimo de interpretar las metáforas de Arreola, descubro que las hormigas representan el trabajo en una sociedad bien estructurada. Los hombres también en una sociedad trabajamos para vivir. Según el concepto borgeano “Lo que hace un hombre, afecta a todos los hombres”; igual, lo que hizo una hormiga, afectó a todas las hormigas.

En el cuento que nos ocupa, una hormiga que se deduce perezosa pues menciona: “sus antecedentes eran pésimos y era censurada por la sutileza de sus cargas”. Cuando descubre el prodigioso miligramo, lleva orgullosa su tesoro al hormiguero, donde se lo confiscan y la encarcelan.

Bien pudiera tener el cuento como base los siete pecados capitales: Pereza, Envidia, Avaricia, Soberbia, Ira, Gula y Lujuria.

La hormiga es envidiada por sus compañeras y por la inspectora en jefe. Por lo mismo es causa de avaricia; ella se llena de ira y responde con soberbia a las preguntas que le hacen las autoridades y en el colmo del orgullo dijo: “que lamentaba formar parte de un hormiguero tan imbécil”. Por otro lado, la hormiga en su celda no duerme y la pasa en “éxtasis contemplativo” dando vueltas a su miligramo, ¿avaricia de parte de ella también?. El texto así mismo comenta: “Se organizaron exequias suntuosas, colmadas de bailes y banquetes”, aquí entraría la gula. Y “A duras penas logró funcionar poco después un consejo de ancianas que puso termino a la prolongada etapa de orgiásticos honores”, y en estas líneas encasillaría a la lujuria.

En este caso el miligramo podrían ser los valores morales ya que asevera “lo verdaderamente importante fue olvidado”, o “los falsos miligramos”. Bien pudiera enlistar lo que leo entre líneas: un gobierno autoritario e inepto, desorden nacional, caos, inseguridad, poder e injusticia (que van de la mano), orden (léase sometimiento) a través de la violencia, ambición, crímenes, mentiras, engaño, fraudes y escándalo en los medios de comunicación como artero distractor para el pueblo.

El ser humano sin valores auténticos, su felicidad, como las hormigas, la encuentran en remedos de la dicha: bajas pasiones, vicios, superficialidad, robos, atropellos, desorden, venganza, cobardías y riñas, poder, riquezas.

¿Dónde hemos escuchado antes que las autoridades ofrecen al extranjero nuestra riqueza del país por un puñado de…? Así ocurre en el miligramo.

Actualmente el hombre, como las hormigas, vive una crisis universal, olvidado de buenas y arcaicas costumbres, tradiciones, léase VALORES, y se entrega a una desenfrenada lucha por la riqueza material. Malinchista, pone el tapete a los extranjeros, a los poderosos y menosprecia y envidia al hermano.

Lo mismo en todas las épocas de la historia, desde la Biblia con Abel y Caín o en El Éxodo con el becerro de oro, o en la mitología, los males que cubrieron al mundo a causa de la curiosidad de Pandora, con el despliegue de su contenido para la decadencia y destrucción de la humanidad.

Concluyo: En palabras de Arreola “Todo hombre que quiere decir lo que siente, ya ha fracasado de entrada”. No se si mi crítica induce a pensar como yo, en todo caso, lea la obra y saque sus propias conclusiones. Acaso el miligramo signifique para algunos el amor, la dicha, el conocimiento, la religión o la esperanza.

Arreola en su preocupación por el destino del mundo y el drama de los hombres, remata el cuento de esta manera: “Actualmente las hormigas afrentan una crisis universal. Olvidados de sus costumbres, tradicionalmente prácticas y utilitarias, se entregan en todas partes a una desenfrenada búsqueda de miligramos. Comen fuera del hormiguero y sólo almacenan sutiles y deslumbrantes objetos. Tal vez muy pronto desaparezcan como especie”.

Para usted lector ¿cuál es su miligramo?



2 comentarios:

  1. A como entendí también podría tratarse de todo lo material que guardamos muchas veces en algún rincón del hogar; vamos llenando nuestro espacio de "miligramos" que creemos valiosos, y descuidamos lo que realmente vale.

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  2. Me fascina tu análisis de la obra, lo de los 7 pecados capitales cuadra perfectamente. Gracias por compartirlo. Ma.E Silva

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