lunes, 30 de agosto de 2010

Yo, un mezquino.

Los Posmodernos
Manuel García Estrada
Al Secretario de Educación, Alonso Lujambio.

No conformes con denostar a los activistas a favor de la democracia en el año 2006, cuando la democracia no fue, acusándolos de “nacos”, “revoltosos”, “violentos”, “renegados” miles de derechistas mantienen la postura de agraviar a los que no piensan como ellos. Ahora lo hizo Lujambio cuando se enojó por los que han criticado todas las tonterías que hace la SEP para el “bicentenario” y haciendo un berrinche de adolescente llamó “mezquinos” a los que no queremos festejar la mentira de 200 años de independencia.

¿Por qué no se enoja Lujambio públicamente por la impunidad de los pre escolares de la ABC? ¿Por qué no se enoja y hace rabietas Lujambio por la violación al Estado laico por parte de Sandoval Íñiguez y el clero que además de hablar tonterías quieren meter la rezadera a las escuelas? ¿Por qué no se enoja Lujambio por el patético contenido de las televisoras de señal abierta mientras otras opciones de tele siguen sólo por cable? ¿Por qué no se enoja Lujambio y denosta a los fabricantes de comida chatarra? ¿Por qué no se molesta por los pésimos libros de texto que están distribuyendo? ¿Por qué no el Señor Secretario de Educación se enoja e indigna por la situación cualitativa de los estudiantes del país?

El Secretario se enoja de lo que es un show que no está siendo aplaudido pero ¿quién aplaudirá festejos que se contraron a empresas extranjeras para el “bicentenario” enviando el mensaje que en México no hay personas capaces de hacer dichas actividades? ¿Cómo sonreir de verdad al ver a Salma Hayek que comenzó a brillar en el cine cuando se fue de México y hace anuncios para que todos nos enorgullezcamos de la mexicanidad? ¿Hay que sentirnos orgullosos cuando el Nobel de química se lo dan a alguien que no hace sus investigaciones aquí? ¿Festejar que ahora quieren que importemos petróleo viendo que además importamos máiz, arroz o frijoles? ¿Tenemos que festejar la obediencia a las directrices del Patriarca de Occidente que desde Roma quiere mandar en México? ¿Hay que estar contentos porque nuestra economía depende de Estados Unidos y Washington determina el camino económico del país, las inversiones y demás? ¿Hay que estar re contentos porque ni siquiera el monumento del “bicentenario” estará terminado dentro de quince días en avenida Reforma?

Ya a estas alturas históricas en la conciencia de millones de mexicanos hay un despertar que ya ve la realidad. Estamos sometidos económicamente al capital extranjero, no tenemos bancos más que un puñado, dependemos de la importación de tecnologías y se contrata a extranjeros para que dirijan campañas políticas en donde se nos humilla, estamos bajo un oscuro manto que ha impuesto la creencia que la inversión de capital internacional que llega a mal pagar a mexicanos y elimina a los empresarios de este país es lo sano, lo bueno, lo justo. Se ve en los supermercados, se ve en las empresas de sofware para esta nación que es propiedad y dirección de gente que nos ve como consumidores y no como ciudadanos con historia y esperanza en nuestras capacidades.

Lujambio ha de querer que se le aplauda por querer vender mentiras y debe imaginar que lo ideal es que los supermercados trasnacionales, las tiendas de comida rápida de hamburguesas o pizzas coloquen banderas mexicanas y nos digan que debemos estar felices por el “bicentenario” y ha de querer que sean las compañías de champú francesas o Hollywood patrocinen anuncios espectaculares, películas o series de televisión que hablen de la lucha épica de una bola de temerarios y valientes personajes que soñaron con tener autonomía, prosperidad y desarrollo sin preguntarle a un vecino para dónde ir. Así que Señor Secretario, he sido naco, revoltoso, renegado y hoy también soy un mezquino pero tonto.
Busca al autor en facebook: Manuel Garcia Estrada Twitter: http://twitter.com/ManuelGarciaEst
Si quieres los artículos publicados en Milenio: http://manuelgarciaestradabloggoficial.blogspot.com/

lunes, 23 de agosto de 2010

Vox Net: Carta abierta al gobernador de Veracruz Fidel Herrera


Por Juan Ciudadano Veracruz

Señor gobernador:
Quedan escasos tres meses para que deje usted el cargo que el Pueblo le confirió hace seis años.
Llegó usted legitimado por la decisión de los magistrados del Tribunal Federal Electoral, quienes no encontraron elementos para anular la elección del 5 de septiembre de 2004, que impugnó, precisamente hoy su principal aliado Gerardo Buganza Salmerón.
Qué paradójica es la vida señor Gobernador…
Quienes ayer eran sus principales adversarios, hoy son sus aliados.
Y quienes eran sus principales amigos hoy son lejanos a usted.
Sin duda que  de este ejercicio de gobierno, como usted sabiamente le llama a la tarea de ¿administrar? los recursos públicos, podría usted escribir un libro, que estoy seguro muchas casas editoriales pugnarían por editar.
En esa obra señor gobernador bien podría explicar a detalle los destinos de casi 7 mil millones de pesos que dispuso su gobierno.
También podría informar a los veracruzanos sobre las magnas obras que construyó en los municipios, como los bien diseñados  puentes y carreteras.
Claro que en esas memorias de gobierno no pueden faltar las acciones que su gobierno realizó para impulsar el campo veracruzano, ese del cual gracias a sus gestiones, ya no exporta mano de obra veracruzana al vecino país.
Sería prolífico que narre los avances en materia turística,  sobre todo la fórmula que implementó para que turistas internacionales abarrotaran el Puerto de Veracruz,  Tajín, Los Tuxtlas, y por supuesto Costa Esmeralda  y la región centro.
Gobernador, no olvide plasmar la reforma educativa que su gobierno emprendió,  por la que nuestros hijos salen mejor preparados y con oportunidades de trabajo que otros estudiantes quisieran..
Desde luego explíquenos con detalle  el fomento a la economía,  que fue exitoso si contamos que los principales y más exclusivos fraccionamientos del estado tuvieron nuevos inquilinos…
Como ve señor gobernador su obra sería extensa… nos explicaría de una vez por todas qué se siente tener el pinche poder



Vox Net es un espacio para los ciudadanos que desean expresarse y que lo hacen en internet. Hemos decidido publicar lo que en ella es destacable.

martes, 17 de agosto de 2010

Ser videoblogger es una experimentación, no una obligación

Andrés Felipe Arias Palma


"Mi vida interesante o no; de todas formas la retrato."

Desde hace algún tiempo vengo realizando videos sobre mi cotidianidad y lo que sucede a mí alrededor, creo que termine metido en esa extraña costumbre por el afán que uno tiene de contar historias y de tener un cámara casera o algún dispositivo portátil que capture video; siempre he sentido una atracción por la manera en que las nuevas tecnologías han ayudado a difundir el contenido elaborado en distintas partes del mundo, y como estas han facilitado la producción de nuevas obras que en su mayoría son compartidas bajo licencia de Creative Common (para mayor información recomiendo googlear dicho termino), finalmente el internet es la nueva ventana para mostrar lo que hacemos.

Después de estar leyendo sobre la web e ir subiendo videos a las redes sociales como el popular YouTube y otras no muy conocidas como Vimeo, Daylimotion, Blip entre otros; termine siendo un videoblogger (ver el siguiente enlace http://bit.ly/aD9q64); pero ¿qué es ser esa cosa tan extraña? Muchas veces las personas lo resumen a realizar videítos para YouTube para que mis amigos lo vean y si tengo suerte algún europeo que no tenga nada que hace, y sentirme feliz si llego a las 10 vistas.

Si es difícil llegar y decirle alguien “…pero también soy videoblogger”, entonces uno empieza a explicarle que uno tiene un vlog, si amigo un vlog, y no es que yo escriba mal la palabra blog, la verdad es que dentro de las categorías de los blogs están los videoblogs y estos se les ha llamado abreviadamente vlogs (VideobLOGS), fin de la historia.

Considero pertinente que aclaremos que ser videoblogger no es una profesión, porque no falta el amigo que te presente mira este es Andrés Felipe Arias (si se pueden reír tengo el mismo nombre que el exministro de agricultura, eso por lo general sucede) “él es videoblogger”, claro y como en este país no es muy común utilizar un blog, y muchos menos utilizarlo para mostrar los videos que uno sube, la otra persona inmediatamente iniciara todo un interrogatorio sobre aquello que tu amigo dijo que eras.

Siguiendo con el interrogatorio saldrá una interesante pregunta, o más bien una duda bastante aburrida por lo menos para mí ¿Cuánto ganas con esa página web o blog? utilizara alguno de los términos dependiendo que tanto conocimiento tenga del tema web, a esta pregunta siempre contesto que no gano nada, que mi ganancia se refleja en visibilidad en la web o cundo alguien me dice “hey vi tu vlog y me gusto” o “¿tú eres Café y Cassette?”, no se trata de algo egocéntrico ni mucho menos, se trata de que te reconozcan por lo que haces, como a un periodista le gusta que lo lean o a un pintor le agrada que reconozcan su estilo.

Se preguntaran que es eso de “Café y Cassette”, digamos que la web y en especial la web 2.0 trajeron consigo la proliferación de los pseudónimos, apodos o alias; mi nombre o marca en internet es “Café y Cassette” nombre que adopte por mi adicción al café, si amigo creo que una de las mejores bebidas que hay para entablar una nueva amistad, adelantar trabajo o sencillamente hablar de x o y tema es esa bebida oscura y amarga, también porque con el primer dispositivo que empecé a grabar videos fue con una cámara de cassette, pero actualmente grabo con cualquier cosa.

No se hacia donde apunta mis videos, creo que cada uno responde a la necesidad que el ser humano tiene de contar un historia, posiblemente si Shakespeare no hubiese escrito Romeo y Julieta si en aquel entonces existieran las cámaras a lo mejor habría hecho un largometraje; quizás yo exagere y a lo mejor te puedas ofender con tal comparación, pero finalmente a lo que quiero llegar es que todos tenemos algo que contar ¿Cuál es tu historia?

Finalmente, la proliferación de nuevos dispositivos nos ha puesto las cosas más sencilla a los que deseamos hacer audiovisual, hasta el punto que se han creado festivales de video elaborados con cámaras de celular. Esto me lleva a revaluar los preconceptos de que la calidad de la imagen prima ante todo o que el formato es lo más importantes, lo que pone esto nos invita es replantear las maneras en que venimos narrando nuestra historias; debemos contar esas historias que realmente sintamos como nuestras y siempre entendiendo que cada manera de narrar es una visión de quien la retrata.

Para más información o ver los videos que realizo para el vlog, puedes hacer clic en http://cafeycassette-tv.blogspot.com/


Realizador audiovisual y estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Con un diplomado en Documental y Ciudad, actualmente está desarrollando proyectos web y conferencias entorno al video por internet. Barranquilla, Colombia.

¿Quién si no?



                                                                                                                                       René Zapata

Estamos en un periodo donde la democracia es completamente representativa ¿En qué se resume esto? en que políticos nos venden como pan caliente la idea de que democracia no es más que tener que votar por ellos, porque ellos "representarán" las ideas del peblo para gobernar por y para él. Y entonces disparan sus promesas populistas y bastante atractivas dentro de un marco narcisista. ¿No es una burla para el pueblo, sea del país que sea, ser representados por payasos de la política? No todo es pan y circo señores. No necesitamos de eso.

Y he aquí la problemática. Vengo de una generación que se ha mostrado algo indiferente a temas relevantes como el arte, las ciencias y por sobre todo la política. El desinterés que existe entre los jóvenes es preocupante para el desarrollo de un futuro próximo. No es raro encontrarse con adolescentes incapaces de ver la real importancia a lo que es su participación como ser pensante en asuntos de política. Si no somos nosotros, aquí y ahora... entonces ¿Quiénes y cuándo?

Levántate joven, adulto, mujer, ciudadano. No más pan, no más circo. No sólo tu futuro está en tus manos. La solución eres tú. ¿Quien si no?

René tiene 18 años y está por entrar a la facultad de Derecho en Chile.

Notas sobre los años noventa en el nuevo cine argentino

Por Jorge Antonio Cappelloni

Mucho se ha escrito a raíz del denominado Nuevo Cine Argentino (NCA), surgido a mediados de la década del noventa en el fermento que entonces constituían el crecimiento de los centros de enseñanza, la consecuente promulgación de una nueva ley de cine que aportaría dinero para autores noveles y una generación post dictadura militar deseosa de expresarse en sus múltiples miradas, testimonios que operarían directa e indirectamente en el contexto de una realidad argentina atravesada por políticas neoliberales. El NCA no constituía en sí mismo un dispositivo cinematográfico unívoco - sin fisuras ni resquebrajamientos - sino que en su seno albergaría múltiples diferencias y disonancias estéticas y formales, y amén de esa sigla identitaria, intentaría revisitar desde lo narrativo el confronte con ciertas temáticas, tradiciones autorales y modos de producción nacional del pasado, pretendiendo instilar nuevos modelos representacionales de la sociedad en la pantalla cinematográfica.
Este nuevo/novedoso cine tal como se lo catalogaría, era deudor y abrevaba indubitablemente en la renovación que otrora trajeran a la cinematografía local en los años 60’ cineastas de la talla de Leopoldo Torres Nilson, David José Kohon, Rodolfo Kuhn, Simón Feldman, Manuel Antín, Leonardo Favio, Hugo Santiago, Pino Solanas; o en la influencia en los 70’ de realizadores independientes como Alberto Fisherman, Ricardo Brecher, Raúl de la Torre, Néstor Paternostro, Juan José Stagnaro y antecedentes fácilmente detectables en directores más próximos como Alejandro Agresti, Raúl Perrone, Jorge Polaco, Martín Rejtman y Ana Poliak entre otros.
A pesar de contar en sus comienzos con el beneplácito y la colaboración de sectores de la crítica que intentaron fortalecer y apuntar el fenómeno como un movimiento, muchos textos provenientes del establishment acicalaban al NCA dando cuenta de su exigua repercusión en la taquilla, la escasa empatía con los espectadores, su excesiva e innecesaria experimentación formal; deviniendo por ende su destino - casi exclusivo - de exhibición el circuito de festivales locales, extranjeros o las salas de arte.
Transcurrido aproximadamente quince años si tomáramos como film iniciático a la serie de cortometrajes que integraran Historias Breves (1994) financiada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), debiéramos indagar no ya el destino de este conjunto de obras ni su derrotero en el transcurso de los años, sino intentando escapar de los moldes preconcebidos poder escarcear e intentar focalizar en los tópicos abordados por esta generación de directores / as y el modo en que atravesaría dinámicamente el corpus de sus películas.
Y es tal vez aquí donde resultaría caprichoso trazar una cartografía de límites precisos o apuntalar nombres integrantes de un conjunto tan disímil como difícil de asimilar, pues resulta que incluso y a pesar suyo, el NCA ha testimoniado en la multiplicidad de voces e imágenes los estertores de una época signada por la exclusión, la vacuidad intelectual, el avance del libre mercado, la exacerbación del consumo y el retraimiento del rol del estado en la intervención social del pueblo argentino.¿Que consecuencias trajo aparejada este desmantelamiento económico-social en el universo cinematográfico del nuevo cine argentino; como se intentaron plasmar estas realidades, desde qué registros, géneros y ópticas llevaron a cabo esta disección fílmica?.
Respuestas que deberemos rastrear en el vago territorio fílmico donde operaría en dichos tiempos buena parte del NCA, un cóctel de nouvelle vague, neorrealismo y cine indie americano que fuera explorando desde el documental al realismo social y el slacker, interpolando formatos desde el 35 mm. color al b&n granulado en 16 mm.; urgente captura y metáfora del presente dando cuenta del testimonio marginal de la soledad (¡Que vivan los crotos!, Ana Poliak,1990), la incomunicación y escape del ámbito familiar (Rapado de Martín Rejtman,1991, Picado Fino de Esteban Sapir 1994-1996), los resabios mediáticos de la dictadura militar (Prohibido de Andrés Di Tella,1996), la violencia urbana y marginalidad (Pizza, Birra, Faso de Bruno Stagnaro y Adrián Caetano, 1997, Dársena Sur de Pablo Reyero 1994-1997, Vagón Fumador de Verónica Chen 2001), la frustración y decepción en el marco ciudadano (Mala Época de Nicolás Saad, Mariano De Rosa, Salvador Roselli y Rodrigo Moreno,1998),la indefensión y precarización laboral (Mundo Grúa de Pablo Trapero,1999), el racismo (Bolivia, Adrián Caetano,2000), la insatisfacción en el plano de la pareja (Sábado, Juan Villegas 2001), el sopor provinciano y la decadencia de las clases media y rural (La Ciénaga de Lucrecia Martel, 2001), entre muchos otros cineastas que contiguos en temáticas y registros surgirían y se desarrollarían en la década subsiguiente.
El denominado nuevo cine argentino ha continuado su derrotero a pesar que la crítica local haya decretado su defunción, no cuente ya ni con los exegetas de turno ni con los rótulos que tanto apetecieran a la industria del entretenimiento, sin embargo en la diversidad de miradas y propuestas estéticas ha sabido reflejar la exclusión, fragmentación y desilusión de buena parte de la sociedad urbana argentina en los años noventa extendiéndose hasta la década posterior. Y aunque entrado el nuevo milenio algunos directores reformularan sus propuestas iniciales y narrativas, y el público negara en gran medida su participación y no se reconciliara con él; implícitamente formará parte de sus historias en la pantalla, o mejor aún, solo tal vez estemos frente a una corriente del cine argentino que ajena a las denominaciones resulte una argamasa difícil de modelar, encasillar y clasificar en el gusto del espectador medio, un hálito renovador frente a la subordinación de filmes que desde la industria han adoptado un modelo hiperbólico de producción que ha menoscabado la especificidad propia de su lenguaje o en palabras de Baudrillard donde El cine actual desconoce la ilusión y la alusión: se encadena bajo un modelo hipertécnico, hipereficaz, hipervisible. Nada de blanco, nada de vacío, nada de elipse, nada de silencio, nada más que la televisión, con la que se confunde cada vez más...”1


Jorge Antonio Cappelloni
Mar del Plata, Argentina, 1962. Analista y escritor free lance especializado en el campo del Cine y Video independiente/alternativo. Actualmente es co-editor del sitio web “Fellinia –Tierra de Cine” y colaborador de las revistas digitales “El Ángel Exterminador” de Buenos Aires y “Blogs&Docs” de Barcelona.
1 Jean Baudrillard, La ilusión y la desilusión estéticas(1998). Caracas: Monte Ávila.

Los desposeídos

                                                                                              Gilberto Alfonso Ramírez Navarrete


Paseando de la mano con la oscuridad, con caras que simulan ser genuinas dentro del backpack con las que audicionamos constantemente en el grupo de “Los todos” e irremediablemente en el que no le pertenece a nadie. En el de los desposeídos; los que regalamos gestos, palabras y orgullos con intención de guardarnos a cada uno de los entes que presencian este hostil ritual en el ambiente, inhalándolo impacientemente, sangrándonos los ojos.

Padeciendo las desventuras de las luces y el sonido que transforma nuestro comportamiento con reacciones arrebatadas y un festín de manos que dejan salir formas que se adivinan ansiosas, miradas abrumadoras que eligen acciones vacías de entendimiento y esculpidas brutalmente entre pensamientos de saciedad.

Sobreviviendo del aliento mutante que sobrevuela las noches, que nos alimenta y a la vez nos deja sedientos para poder regresar a beber sórdidas respuestas de lo que regalamos desinteresadamente. Sabemos que nos volveremos a ver, a compartir, pero paradójicamente sin reconocer que estamos juntos, resultando inherente a nosotros.

Ahí esta, el vaivén cotidiano del cóctel de lo imprescindible; de una noche, este lugar, aquella bebida, tres personas nuevas y ropa que desfigura nuestro cuerpo emocional para dotarlo de disfraces armados a la perfección de lo artificial.

Andamos sin guardarnos los gustos, complaciendo con el protocolo nocturno, sin saber que nos compartimos entera pero desproporcionadamente impersonal, sin vernos, sin hablarnos, sin oírnos, sin poseernos enteramente, sólo desgarrándonos en pedazos que hablan por nosotros. 



  • Estudiante del último año de la carrera en Comunicación y periodismo y escribe algunos textos en prosa con tintes poéticos. México.

CINE Y RITUAL

Patricia Reynoso Maciel

Toda sociedad crea formas rituales. Clifford Geertz equipara los rituales de sociedades no occidentales con las obras de arte occidentales y llega a la conclusión de que lo que tienen en común es que ambas buscan “expresar, interpretar ciertas experiencias vitales y hacerlas comprensibles”1. El cine, como manifestación artística circunscrita a determinada época histórica es, como el ritual, un performance cultural. Esto quiere decir que en la vida social de los individuos y grupos existen diversas formas de construir representaciones sobre sí mismos cuyo mensaje muestra las maneras en las cuales se autodefinen y proyectan el sentido más profundo de su condición humana. Así, el cine es una ventana a las intimidades del mundo social entendido como el conjunto de textos presentes y ocultos en la memoria colectiva.
Al igual que en los rituales, en cada película se encuentra contenida una porción de tiempo que, si bien es un tiempo que no vivimos, lo percibimos desde el tiempo en que vivimos, de tal forma que constituye una demarcación, una ruptura con la vida cotidiana. Así, “una duración determinada de nuestra vida, sucede fuera de nuestra vida ‘real’ ”.2 No es casualidad que Turner haya nombrado “dramas sociales” a las situaciones de conflicto social representadas en los rituales, puesto que no es éste el que sigue la estructura del drama (en su sentido artístico), sino que el drama sigue la estructura del conflicto social porque es una representación de él. De tal manera que los rituales nos marcan pautas de conducta para la vida social y ésta a su vez, en relación dialéctica, afecta las formas en que se constituye el performance. Así, las películas afirman el mundo social en el que existen repitiéndose una y otra vez ya sea utilizando las mismas fórmulas, es decir, contando la misma historia varias veces, o como constructora de íconos. Sus historias erigen discursos y los discursos erigen sus historias.
Nuestra sociedad ha encontrado nuevos dispositivos para la transmisión y socialización de conocimientos, los “cuentos” ya no los cuenta sólo la tradición oral, ahora también los cuentan las pantallas. Octave Monnoni analiza aquella legendaria primera exhibición pública de cine en que la gente salió corriendo del lugar para no ser arrasada por la llegada del tren que se proyectaba en la pantalla y relaciona esta creencia de los espectadores en la realidad de lo que están viendo con lo que puede llegar a escuchar un antropólogo de informantes que refieren que los niños creen en las máscaras hasta que llegan a su ceremonia de iniciación a la vida adulta y se enteran de que las máscaras eran en realidad adultos disfrazados.3 ¿Acaso cuando niños no creímos que lo que veíamos en la pantalla era cierto? ¿Acaso de adultos no se nos ha llegado a olvidar por un segundo que no lo es? ¿El cine, sus personajes, sus historias, no son un nuevo tipo de máscara de nuestro tiempo? Ambos son a fin de cuentas, como la vida misma, puestas en escena, un performance.





Patricia Reynoso Maciel es estudiante de séptimo semestre de la Licenciatura en Antropología Social en la Universidad Veracruzana, forma parte de la línea de investigación sobre Antropología de la Experiencia y se encuentra involucrada en diversas actividades de promoción cinematográfica.


1 ARRIARÁN, Samuel.- “La hermenéutica de Clifford Geertz” en Revista Iztapalapa N° 49 Julio-Diciembre de 2000 p. 100
2 PAINI, Dominique.- Revista LA TEMPESTAD n°18, “Historias de Proyección”, Edición semestral de Artes Visuales verano 2009

3 MONNONI, Octave.- citado en METZ, Christian.- “I El significante imaginario” en El significante imaginario, Paidós, 2001 (1977 fr.) p.85